Conocé a la argentina (de raices catamarqueña) elegida por Obama que lucha contra el racismo


Inés Palacios fue seleccionada por la fundación del ex presidente estadounidense para realizar una beca en ese país. Aquí, la historia de una tucumana de raíces indígenas que siempre luchó por el recocimiento del racismo en Argentina.

A los 28 años, la argentina Inés Palacios se convirtió en uno de los 11 líderes emergentes de todo el mundo elegidos por la Fundación Obama -del ex presidente estadounidense, Barack Obama- para unirse a su tercera cohorte de Obama Scholars. La beca incluye estudiar en la Universidad de Columbia, en Nueva York, en pos de promover el bien público y resolver los problemas globales más urgentes de la sociedad. Licenciada en Ciencias Políticas y autoidentificada como feminista interseccional, Inés milita desde hace años por los derechos de los pueblos originarios y el reconocimiento del racismo en Argentina. Al tiempo que trabajó impulsando políticas públicas para la transversalización de género en el gobierno de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires. 

Nacida en San Miguel de Tucumán, Inés siempre dividió su tiempo entre la capital provincial y Santa María, Catamarca, de dónde es oriunda su familia. Fue allí que comenzó a forjar su identidad, en la que su abuelo tuvo un rol clave. “Desde muy chiquita me enseñó que veníamos de los indios y Santa María es un reflejo y una concretitud de eso porque cuando uno camina por sus calles y vive su vida, las costumbres están. Está en nuestro fenotipos, en nuestro color de piel y también creo que está en gran parte de la Argentina y es un poco lo que hablo cuando hablo de racismo”, detalla. “En Tucumán en particular viví más el racismo porque cuando me preguntaban en el colegio de dónde venía, cuáles eran mis raíces, me costaba decir que descendía de los indios, como me había enseñado mi abuelo. Y eso en gran parte es porque decir indio era un sinónimo de decir que alguien era salvaje, incapaz, feo, y entonces yo me sentía de esa manera”, explica. “Creo que de hecho desde chica mi pulsión fue como querer destacarme, de estar en el centro de la escena como una forma de demostrar que era capaz. Mis hermanos siempre me hacían burla de que siempre quería estar en los actos en la primera plana y creo que venía de esa pulsión”, agrega. 

“En Tucumán en particular viví más el racismo porque cuando me preguntaban en el colegio de dónde venía, cuáles eran mis raíces, me costaba decir que descendía de los indios, como me había enseñado mi abuelo”. 

Dueña de una sonrisa amplia y una personalidad determinada, Inés explica, “medio en broma, medio en serio” que se considera “un error estadístico”, porque “cuando uno mira las estadísticas de las mujeres marrones o indígenas, ve que la mayor parte no termina la secundaria y otro porcentaje aún mayor no termina la universidad o tiene menos acceso a los servicios del Estado. Y la verdad que soy “error estadístico” porque tuve la chances de terminar la universidad a los 22 años, de aprender inglés y de hacer un intercambio en Estados Unidos y ahora esta beca”, enumera. “El punto es que creo que no hay un milagro detrás de ese error estadístico. Creo que hay una historia que no es un milagro, porque hubo becas, un papá y una mamá que se esforzaron un montón también, que salieron de un contexto de más vulnerabilidad”, detalla. “Siempre doy el ejemplo de mi papá que fue el primero de diez hermanos en terminar la universidad”, explica y suma el propio esfuerzo que ella misma puso. “Pero creo que el punto es que esto no debería ser un error estadístico. Tendrían que ser oportunidades que tengan todos. Y ahí creo que el concepto de interseccionalidad lo explica muy bien porque no sólo explica cómo operan las desigualdades que nos atraviesan a todos sino que también es una invitación a pensar nuestros privilegios”, detalla. “No sólo para empoderarnos y saber que desde ahí se puede construir sino también para encontrar dónde reside nuestra responsabilidad en este contexto de crisis en el que estamos viviendo. Dónde claramente es sensato que nosotros le exijamos más al Estado o la clase política, pero también es sensato que nos pensemos a nosotros y qué podemos aportar desde nuestros privilegios a cambiar esa realidad”, sostiene. 


La beca que ganó Inés incluye estudiar en la Universidad de Columbia en pos de promover el bien público y resolver los problemas globales más urgentes de la sociedad.

En pos de ir tras esos cambios está su viaje y la beca. “A mi me llamó mucho la atención un paper que encontré que evidenciaba que un cuarto del crecimiento de Estados Unidos en los últimos 60 años se explica por la entrada de las personas racializadas al mercado o los sectores en los que estaban subrepresentados y por la entrada de las mujeres”, detalla. “Y creo que nosotros en ese sentido tenemos mucho para aprender. Porque cuando miramos los números vemos que las mujeres argentinas trabajamos el doble en las tareas domésticas respecto de los argentinos, que tenemos menos trabajos asalariados y cuando entramos al mercado formal tenemos sectores que son los peores pagos, que sufrimos mayor informalidad, mayor desempleo que los varones. Y cuando vemos el caso de las personas racializadas, además de ver que las estadísticas que tienen peores indicadores que el resto de la población, también cuando vemos el caso de las empleadas domésticas, que claramente son un sector que está muy vulnerabilizado. Lo que vemos es que son el sector más feminizado, peor pago y que claramente hay una conversación que hay que tener con todas las vulnerabilidades que atraviesan las mujeres racializadas, en su mayoría migrantes, de otros países o interprovinciales”, detalla. Por todo esto Inés cree que tiene “mucho para aprender de Estados Unidos, tanto de sus desaciertos como en lo que salió bien, en pensar en cómo resolver estas cuestiones complejos de las mujeres y personas, los pueblos indígenas, las personas racializadas de Argentina y en particular ubicar esto dentro de la crisis economica que atraviesa el país”.

La beca ofrece materias en Columbia así como cursos y workshops que van desde la teoría de pensar las complejidades del mundo hasta oratoria, y teatro, que desde la fundación consideran habilidades necesarias para el liderazgo. “Creo que van a ser clave por cómo me quiero insertar yo, que es empujando politicas públicas con solidéz”, cuenta Inés. “Cuando digo esto no es solo diseñándolas con solidez técnica sino también siendo parte de construir los acuerdos y de entender esa complejidad política para que efectivamente esas políticas sucedan y no sean solo una ley sino que sean politicas públicas con presupuesto que suceden. Tienen que ser parte de las grandes reformas que necesita la Argentina para resolver sus crisis”.

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