La muerte del Sargento Ayudante Álvarez sacó a la luz el estado de indefensión absoluta en la que viene trabajando la Policía de la Provincia en la prevención del Covid-19, en cuanto a los elementos de bioseguridad con los que deben protegerse y deben ser provistos por el Estado y sus superiores.
Al igual que los médicos, los policías trabajaron desde el día uno de la pandemia, sin embargo no son considerados “esenciales” aún cuando deben desarticular las fiestas clandestinas y controlar en la vía pública que los ciudadanos cumplan con el DNU y “lidiar”, en muchos casos, con arrestados, demorados y detenidos, algunos de los cuales al realizarle el PCR dan positivo de Covid.
LA UNION pudo saber que en las comisarías, tanto del Valle Central como del interior provincial, la provisión por parte del Estado a través de la Jefatura de Policía de elementos tales como alcohol en gel, alcohol etílico, lavandina, guantes y barbijos, es casi nula.
“No contamos con nada. Por mes, por ejemplo, para una comisaría que cuenta con 25 efectivos se nos hace entrega de dos litros de alcohol ?un litro de alcohol en gel y otro de alcohol líquido- y un bidón de 5 litros de lavandina. Con esos elementos tenemos que desinfectar la comisaría, el móvil y protegernos nosotros cada vez que vamos a un procedimiento. Es una burla. En muchas otras dependencia juntamos dinero y compramos los elementos. En algunos casos también nos proveé la municipalidad o comercios de la zona”, expreso un funcionario policial.
Agregando “es ilógico que esto pase, pero sucede. En su momento se dijo desde las autoridades policiales que el dinero de las multas iba a ser destinada a la compra de elementos de bioseguridad para las dependencias. A más de un año de pandemia nunca se compró nada con ese dinero. Ni siquiera sabemos si las multas se pagaron. El Juez de Faltas es el Jefe de Policía y a nosotros nunca se nos dio nada”, renegó.
Finalmente, el policía contó en tono irónico que en más de una oportunidad un subordinado tuvo que tomar la temperatura a las personas que ingresaban a la dependencia por distintas situaciones con “la mano”.
“Es increíble que no podamos contar con un termómetro aunque sea de los comunes de los que venden en la farmacia. Tratamos con vecinos de todas las edades, de todos los lugares y con personas que infringen la ley. Tanto ellos como nosotros y nuestras familias están en constante riesgo. Pero eso las autoridades, nuestros jefes no lo ven o no les interesa verlo. Somos consciente que los elementos que nos proveén son los destinados por el Ministerio de Salud, que es el organismo que efectúa la compra, pero la Policía cuenta con un fondo reservado, es un dinero que se le otorga al Jefe de Policía para gastos excepcionales, de cuyo uso no debe rendir cuenta a nadie. Podría usarlo para comprarnos alcohol y barbijo y de esa forma protegernos”, expresó.
En esa misma línea, efectivos del interior provincial hicieron conocer también su situación muy similar a la anterior relatada. “Todos los elementos de sanitizacion y bioseguridad con los que contamos es porque nos los compramos nosotros mismos o nos proveen los municipios. Tambien muchas veces hemos tenido que pedir colaboración a los comercios y ellos nos donan lavandina, alcohol y barbijo. Esto sucede en el interior y nadie lo sabe, porque si un policía sale en los medios de prensa o eleva una nota 'reprochando' esta situación, lo primero que hacen los superiores es, trasladarnos", añadió.
"Por eso nos tenemos que quedar callados y por eso son cada vez mas los policías que se contagian. Ayer? por el miércoles- lamentamos la primera muerte de un colega”, expresó otro alto funcionario policial.
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