Avanza la droga en el interior de Catamarca


Décadas atrás, Catamarca era una provincia caracterizada por hábitos de vida pueblerinos, con restricciones propias de las comunidades escasamente desarrolladas pero sin los problemas que suelen asolar a las grandes ciudades, vinculados la mayoría de ellos a la inseguridad o a costumbres dañinas para el propio tejido social. Eran épocas en las que, como se acostumbra graficar, para dar cuenta de la buena convivencia reinante, se podía "dormir con las puertas abiertas" sin temor a ser asaltados o robados.

El crecimiento vertiginoso de la población en la ciudad Capital y alrededores, lo que se conoce como el Gran Catamarca, fue transformando desde hace casi medio siglo esa realidad un tanto bucólica y también idealizada. De pronto se multiplicaron los delitos contra la propiedad y el consumo problemático de alcohol o drogas ilegales, asociadas estas últimas al accionar de bandas delictivas.

El fenómeno, según puede advertirse a poco se indaga en la realidad, amenaza con extenderse a toda la provincia, dejando de ser exclusivo del Valle Central.

La vinculación entre droga y crimen es compleja. El tráfico de sustancias prohibidas es un delito en sí mismo, pero a su vez el consumo excesivo es causa también de hechos ilegales cometidos bajo los efectos de esas sustancias o con fines de obtener dinero para el consumo.

El crimen de Petrona Centeno en la Villa de Pomán, por el que fue condenado a prisión perpetua esta semana Lucas Carrizo, encaja perfectamente en el análisis precedente. Corrobora la incidencia de la droga en un pueblo pequeño y el asesinato solo puede entenderse, particularmente con la saña con el que fue cometido, a partir del enajenamiento que produce. Los familiares de la víctima reflexionaron, luego de conocida la sentencia: “Pomán es un pueblo donde nos conocemos todos, entonces no podemos entender lo que pasó. Solo se explica por la droga. El Estado tiene que ver el problema de la droga que hay en nuestro departamento. Esto es una prueba evidente de que la droga está en el interior de Catamarca y que causa estragos. Termina con la vida de una mujer totalmente indefensa y que todo el mundo quería. Y aparece un loco, con la droga encima y la termina matando.

El acusado ya tenía antecedente de robo y violencias en el pueblo, y se ve que actuaba siempre bajo los efectos de la droga”. Se sabe, el problema de las drogas tiene un abordaje desde la seguridad, en tanto el tráfico es delito y su consumo excesivo puede generar conductas ilícitas, pero también desde la salud, considerando que el adicto es un enfermo que debe ser tratado, aunque esta condición no pude de ninguna manera justificar comportamientos al margen de la ley.

En ambos abordajes el Estado tiene responsabilidad central. Que la droga esté cada vez presente más en el interior provincial, donde la competencia estatal suele diluirse por la falta de recursos humanos y económicos, debería obligar a las autoridades a tomar los recaudos necesarios para que el problema no siga escalando.ancasti

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