Oratorio y estatuilla de San Roque de Río Blanco


En el extremo norte del departamento Andalgalá, un poco más allá de la comunidad de Minas Capillitas, en la costa oeste de la Sierra de Aconquija y a una cota cercana a los 3.000 msnm, se encuentra el paraje de Río Blanco.

En un paisaje dominado por elevadas montañas que enmarcan la desértica planicie del Campo del Arenal, donde excepcionalmente tiene presencia un pequeño arroyo de corto recorrido, se erigen un gran número de edificaciones que corresponden a los primeros pueblos agricultores del NOA (siglos IV a.C. - XV d. C.), al gran Estado cuzqueño (siglos XV - XVI d.C.) y otras que son más recientes y que se encuentran en desuso; además del puesto actual habitado hasta hace muy poco tiempo por Don Víctor Reinoso.

Conocimos a Don Reinoso en 2.005 mientras realizábamos estudios arqueológicos en el lugar. Era un hombre de buen trato, avanzada edad, disminuido en su audición y contador de historias.

Sentado en una pirca a la sombra de un manzano, él identificó la pertenencia y antigüedad de algunas de las edificaciones de su entorno y nos relató su versión de la historia de San Roque; estatuilla bañada en oro que reside en el templo de San José y que retorna todos los años al desolado y apartado Río Blanco para pasar una noche de misachicos y volver al día siguiente a su morada actual en andas de numerosos fieles que en procesión atraviesan el árido desierto haciendo paradas en los puestos de Ingenio del Arenal, Loma Redonda, para luego llegar a las localidades de Punta de Balasto y El Desmonte.

Don Reinoso nos contó que el santito había sido encontrado por un señor de apellido Zúñiga en un antiguo recinto cercano al curso de Río Blanco. Mencionó que lo había extraído de una cavidad que se encontraba en los muros de la vieja edificación y que luego lo había colocado en una "casita" que había construido en su hogar sobre la otra banda del río. Según Reinoso, la nueva morada de la estatuilla se parecía a su anterior, "para que no extrañe".

Siguiendo el relato, con el tiempo y la llegada de numerosos visitantes al puesto para rendir culto a la imagen, a Don Zúñiga no le quedó opción que crear un oratorio a la par de su domicilio.

Don Reinoso no desconocía otros relatos sobre el descubrimiento del santito, como el que indicaba que había sido hallado en el interior de un costal de granos de trigo por una familia apellido Carrazana oriunda de Los Corrales en Minas Capillitas.

En este punto es pertinente agregar una tercera versión que sitúa el hallazgo bajo una peña en Río Blanco, esta vez por parte de una niña de la familia Carrazana quién tras buscar refugio de una gran tormenta mientras cuidaba ganado, halló enterrado el pequeño ídolo de oro por advertencias de su compañero canino.

Antiguos documentos de fines del siglo XIX destacan que existen pleitos entre personas de apellidos Carrazana y Zúñiga reclamando la tenencia de la estatuilla ante autoridades de la Iglesia. Como quieran que hayan resuelto esos problemas, igualmente se erigió un oratorio en Río Blanco en honor a San Roque y lo albergó de forma permanente hasta 1.958, año en que fue trasladado a la iglesia de San José, templo de la numerosa población ubicada al sur de la ciudad de Santa María.


Por lo que pudimos observar en el terreno en aquel momento, el oratorio de Río Blanco dejó de funcionar y el tiempo hizo de las suyas transformando el edificio en ruinas, situación que llevó a Don Víctor Reinoso a destinar una habitación de su domicilio exclusivamente al culto de San Roque y para recibir al santito en agosto, mes de su retorno a Río Blanco. En estos últimos años la vieja edificación construida por el señor Zúñiga fue acondicionada para volver a cumplir su función.

Por último, cabe cierta acotación a la versión de Don Víctor Reinoso: las pircas que constituían el lugar donde fue hallado el santito, por el material asociado y rasgos de su arquitectura, pertenecen al Período Inca; y muy curiosamente la "casita" construida en el muro de la vivienda de Zúñiga antes de la construcción de la capilla, presenta las características de una hornacina también incaica.

Publicar un comentario

0 Comentarios