Con la Bajada de la Virgen arrancan las Festividades en su honor


Como cada año, con la Bajada de la Sagrada Imagen desde el Camarín hasta el Presbiterio, comenzaron las Fiestas Marianas. La tradicional ceremonia fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanc en una Catedral repleta de fieles, muchos quedaron afuera y a pesar de la llovizna siguieron la ceremonia. En su mensaje Urbanc pidió por un país mejor en esta nueva etapa de Argentina.

Bajo el lema que animará estos días de gracia: “Con Cristo y María, caminemos juntos como Iglesia”, la bajada se inició a las 19 con la ceremonia, que incluyó alabanzas, canto y oraciones a la Madre del Valle. La imagen con nuevo manto ya se encuentra en el presbiterio, donde permanecerá durante la novena hasta el 8, cuando será trasladada hasta la Plaza del Maestro, desde donde partirá en procesión.

La Solemne Procesión se realizará desde la Plaza mencionada, ubicada en la intersección de las avenidas Virgen del Valle y Belgrano, luego por avenida Virgen del Valle hasta el Paseo General Navarro, más conocido como La Alameda, Camilo Melet, Mariano Moreno, bajando por calle San Martín hasta el Paseo de la Fe.

Luego de la ceremonia de la Bajada se hizo el primer homenaje a María durante la Santa Misa de las 21.00, donde rindieron su homenaje los medios de comunicación social estatales, privados y eclesiales y la Pastoral Diocesana de Comunicación Social.

Mensaje de Urbanc

“Querida Madre, tú sabes que nuestra nación iniciará un nuevo período de gobierno democrático, concédenos una esperanza proactiva, paciencia en las dificultades y perseverancia en la oración. Que veamos como propias las necesidades de los demás, sabiendo compartir. Que bendigamos a los que piensan distinto. Que vivamos en armonía unos con otros, no buscando sobresalir o sacar ventajas, sino estar a la altura de los más humildes, sin presumir de sabios o más idóneos.

Santa Madre del Amor Hermoso, que ningún argentino tenga la convicción que hay que pagar con mal, al mal recibido. Todo lo contrario, que todos procuremos siempre hacer el bien sin excluir a nadie. Y que apostemos a vivir en paz con todos, dejando de lado el odio y la venganza.

Acompáñanos en esta súplica que desde la crisis del 2001 la estamos dirigiendo a tu divino Hijo: “Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz”, dijo en algunos tramos de su mensaje final durante la tradicional Bajada de la Imagen de Maria.

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