Dos hermanos catamarqueños ayudaron a los heridos del desastre vial en Córdoba


Santiago y Agustín viven en la zona donde un automovilista provocó un desastre vial. Son oriundos de Catamarca. En medio del caos y la desesperación se pusieron a servicio de los heridos. Uno de ellos socorrió a María Andrea Larcher.

«Un misil blanco explotó en el contenedor de basura enfrente de mi edificio». Con esas palabras, Agustín Altamiranda, uno de los jóvenes que asistió a los heridos en el desastre vial del centro de Córdoba, describió la escena que presenció segundos antes del caos.

Él caminaba por la zona cuando observó como un automovilista que circulaba en un Toyota Corolla blanco arrasaba con todo a su paso. De inmediato, atinó a llamar por teléfono a Santiago, su hermano, que bajó como un aluvión del edificio céntrico cuando el automóvil se incrustó contra un árbol enfrente de una farmacia. Ambos jóvenes son oriundos de Catamarca.

Sin pensarlo, empezaron a ayudar a decenas de heridos en medio de los gritos de dolor y desesperación. Todo era caos pasado el mediodía del jueves 12 de septiembre.

Santiago cursa cuarto año de Kinesiología y Fisioterapia. Hizo un curso de paramédico. Lo primero que hizo ni bien puso sus pies en tierra fue asistir al nene de cuatro años que resultó herido.

«Cuando me llamó mi hermano bajé y me imaginaba otra escena, no la que vi”, detalló el joven en diálogo con Mitre Córdoba. Y continuó: “Primero atiendo al paciente de 4 años. Tenía traumas. Reviso un bolso que estaba tirado y había una credencial de Catamarca. A los metros escucho el quejido de una chica –se presume es Agustina, quien hoy se encuentra en grave estado internada en el Urgencias- y la asistencia del 107».

Santiago describió que a la noche le costó conciliar el sueño. «Parecía una explosión», dijo.

En el mismo tono, su hermano Agustín contó que el servicio 107 actuó bien y rápido. «Sigo impactado, anoche tuve dos pesadillas», se sinceró el joven. Y cerró: «Dormí poco porque fue feo lo que vi. De milagro no hubo víctimas fatales. Fue grotesco ver un montón de personas heridas. Sinceramente me impactó».

Trascendió que usaron los guardapolvos de los empleados de la farmacia para hacer vendajes a los heridos. Fuente: La Voz

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