
Hoy despedimos con el corazón lleno de emociones a un profe muy querido, que después de tantos años de compromiso, dedicación y humanidad, inicia su etapa de jubilación.
«No se va cualquiera. Se va un referente, un compañero generoso, un docente que supo enseñar mucho más que contenidos: enseñó con el ejemplo, con la escucha atenta, con el respeto por los demás. Deja una huella enorme en cada aula que pisó, en cada estudiante que acompañó y en cada colega que compartió con él el día a día».
«Esta mañana, docentes y alumnos quisimos ofrecerle un pequeño gesto de todo lo que sentimos: compartimos un desayuno preparado con cariño, como agradecimiento por todo lo que nos dio durante tantos años».
«Gracias, profe, por recibirnos, por acompañarnos, por estar siempre. Nos alegra que ahora llegue su merecido tiempo de descanso, pero sin dudas lo vamos a extrañar mucho».
Lo que sembraste, queda.
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