La Estatuilla Inca del Cerro Incahuasi


Fue recuperada del cerro homónimo (Fiambalá – Dpto. Tinogasta), por integrantes de la Agrupación de Montaña Calchaquí, liderados por el Sr. Víctor Manuel Bulacio. El resto del equipo estaba conformado por Marcelo Brandan, Ángel Ireba, Hugo Romero, Sergio Caletti. Adolfo Quiroga y Hugo Ferrandas.

El hallazgo se realizó en el año 1991 por la Agrupación de Montaña “Calchaquí” (Catamarca). En esa oportunidad el Sr. Víctor Manuel Bulacio lideró la expedición hacia la cumbre del Cerro Incahuasi, donde se había identificado una estructura de forma semicircular, construida en piedra, de un diámetro aproximado de 0.80 m.

Lo sorprendente de esta estructura fue el hallazgo en su interior de una estatuilla finamente vestida en con un atuendo manufacturado con fibra animal y adornos de metal, con un tocado en pluma de vívidos colores. Acompañan a éste ajuar una chuspa conteniendo hojas de coca.

Descripción de los objetos

Los materiales recuperados en el Cerro Incahuasi consisten en:

Una estatuilla humana, femenina, en posición erguida, elaborada en una aleación metalífera en donde se incluye la Plata. Tiene una altura de 6,4cm. y un ancho de 1,5cm.

La vestimenta incluye un manto externo que recubre toda la imagen, con un alto de 10,5cm y ancho 12.5cm. Una faja central de largo 31cm, otra faja interna tubular con cuatro extremos, 9,3 x 14cm, en los de mayor longitud lleva adheridos dos tupus (prendedor) de Plata y en los extremos de menor longitud, dos terminales de valva de Spondylus.

Contienen también, un tupu pequeño, con su extremo realizado en plata, de 2,7cm. y una pieza a manera de manto inferior, de largo 19,5cm y ancho 20cm.. Se destaca un hermoso tocado o penacho de plumas de vivos colores anaranjado y amarillo.

El Cerro Incahuasi

El Cerro Incahuasi se encuentra emplazado al Oeste de la ciudad de Fiambalá, en el Depto. Tinogasta de la provincia de Catamarca, casi en el límite con el vecino país de Chile. Posee una altura de 6.713 m. s. n. m. y sus coordenadas son de 27° 1' de Lat. Sur y 68° 2' de Long. Oeste.

Este imponente Cerro, fue escenario de largas peregrinaciones y particulares ceremonias de pueblos andinos. En el que a su vez Los Inkas cohabitaron con los antiguos pobladores de ésta zona catamarqueña. Donde reconocían a los Cerros como sus protectores (Apus) o lugares en donde moraban seres sobrenaturales a quienes dedicaban ofrendas y sacrificios. Jóvenes incas eran elegidos desde muy temprana edad para formar parte de un complejo ritual que ofrecían a sus Dioses. Estos sacrificios iban acompañados por un ajuar festivo, con alimentos y bebidas para estimular y venerar la decisión de sus deidades, que podían cambiar sus destinos.

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