Los trabajadores de Defensa Civil de Fiambalá están pasando por múltiples carencias y falencias, según lo dieron a conocer recientemente. El trabajo que desempeñan de rescate en emergencia lo hacen de manera precaria y desde hace mucho años dijeron que no tienen la indumentaria adecuada, y tampoco los elementos necesarios para trabajar en la zona, días atrás pasaron por situaciones extremas que los motivó a visibilizar la realidad que viven. Al no estar jerarquizados en su labor dentro de la comuna, a donde pertenecen, carecen de presupuesto y cuando deben salir al campo junto a los bomberos voluntarios, aseguran que no tienen ni alimentos para llevar.
De acuerdo a la información recabada, los trabajadores de Defensa Civil padecieron serios inconvenientes en muchos casos, uno reciente fue el rescate a doña Lorenza Mamani, donde finalmente fue un helicóptero a buscarla cuando ya los empleados estaban camino a su búsqueda.
Cuando la noticia de Lorenza llegó a la comuna de Fiambalá, de manera inmediata las autoridades comunales enviaron al grupo a su búsqueda y rescate, fue el pasado 27 de junio cuando 8 rescatistas partieron en camionetas 4x4 desde Fiambalá hasta Río Grande y desde allí, a la 1 de la madrugada, comenzaron la travesía caminando por la zona cordillerana para llegar al puesto de doña Lorenza, en ese tramo caminaron por 8 horas y algunos al borde de la hipotermia hicieron fogatas para evitar congelarse.
“La luna era nuestra compañera, nos iluminó por unas 3 horas más o menos hasta que se nubló completamente y empezó a caer agua nieve y nieve, la temperatura descendió a menos 15 grados, se hizo muy cruel el frío, se nos congelaban las bufandas, el pelo que quedaba fuera de los gorros se hacían unas velas de hielo, las mochilas con hielo, las camperas congeladas, el agua que llevábamos en las mochilas se había congelado y a las nubes las teníamos al lado nuestro, la visibilidad no más de 5 metros en algunos lugares. Hicimos fuego en 6 o 7 oportunidades donde nos calentábamos y seguíamos porque si nos quedábamos más tiempo quietos corríamos el riesgo de perder temperatura corporal y podríamos sufrir congelamiento o hipotermia, así fue hasta que por fin amaneció y ya habíamos llegado al río que estaba totalmente congelado, este nos llevaba al puesto”, publicó en su cuenta de Facebook uno de los trabajadores.
El posteo no llamó la atención para quienes conocen que siempre pasó lo mismo, sin embargo, muchos lamentaron lo que les tocó vivir, ya que nadie debería exponer la vida sin llevar ropa térmica, calzados adecuados, sales hidratantes, camilla de rescate, botiquín y quizás hasta cereales para alimentarse, pero esto no sucedió en Fiambalá. “Solo 2 caballas, 6 picadillos y unas galletas saladas era la provisión para semejante esfuerzo realizado”, dijeron en los comentarios otros rescatistas.
En diálogo con la prensa de la zona, los rescatistas señalaron en esos días que el arribo del helicóptero para trasladar a Lorenza fue un gran alivio porque en las condiciones que ellos estaban y la distancia, el rescate, con la urgencia que se pretendía, quizás hubiera tenido otro final.
Por último, contaron que así como fueron a rescatarla sin nada, volvieron del mismo modo porque ya el helicóptero había llegado y la comitiva no estaba en el puesto. De este modo pasaron en la montaña por más de 30 horas. ancasti
0 Comentarios
El Sitio no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las reflejadas por sus lectores en los comentarios de noticias o artículos, correspondiendo toda responsabilidad a la persona que realiza tales comentarios o expone esas opiniones. No se permiten comentarios ofensivos o insultantes, los cuales serán bloqueados en forma automática por el sistema.