El dulce de membrillo, brilló en la noche chaquiagueña


El tradicional festival, surgido en un febrero de 1988, por iniciativa de un grupo de jóvenes que buscaban beneficios para la Capilla del Señor de la Buena Salud, tuvo decimotercera edición en la hermosa plaza Luis Lencina. La música y la danza brillaron como el membrillo en las pailas carnavaleras de febrero.

La joven voz de la localidad de Aconquija, Pequeña Victoria, se llevó el premio de revelación del festival; la Academia El Malambo, dirigida por el profesor Carlos González, presentó el cuadro “la Salamanca”; Cielito y sus Mariachis hizo un recorrido de la música mexicana, luego fue el turno del conjunto local Los Troperos de Andalgalá, quienes recordaron que hace 31 años se presentaban por primera vez en este festival. Waldo Flores, músico del distrito Chaquiago, también llevó su música; Marcos de Roca y sus Guitarras Belichas se presentaron por primera vez en la Perla del Oeste, luego fue el turno del solista Matías Zamora.

En el cierre, se presentaron nuevamente en el departamento Andalgalá, Herederos y la coronación de la noche fue responsabilidad del grupo salteño Chirettes, que hizo vibrar a los que se animaron a quedarse hasta bien entrada la madrugada.

También hubo un espacio para homenajear a las dulceras, los artesanos pudieron exponer sus productos artesanales y hasta se montó una hornalla con una paila para realizar el tradicional dulce de membrillo.

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