Durante la última sesión de la Cámara de Diputados de la provincia, los legisladores dieron media sanción a un proyecto de ley que prevé la prohibición del uso y distribución de artefactos de pirotecnia cuyos efectos audibles o sonoros sean superiores a los 84 decibeles. La iniciativa, de la diputada Natalia Herrera (UCR), fue girada para su tratamiento en el Senado de la provincia y en caso de aprobarse, tendrá efecto en todo el territorio provincial.
En los fundamentos del proyecto, Herrera advierte que el uso de fuegos artificiales con efectos sonoros tiene consecuencias negativas para «varios sectores sociales», lo cual genera controversias ante quienes consideran que la utilización de este tipo de artefactos son sinónimo de festejo y celebración. En tal sentido, destaca que “corresponde poner en valor las crisis que pueden llegar a sufrir las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) quienes, por su condición, generalmente conviven con una hipersensibilidad en sus sentidos, especialmente la hipersensibilidad auditiva. Las personas autistas son muy sensibles a los estímulos externos, ya sean imágenes, olores o sonidos, y por lo tanto la pirotecnia los afecta de una manera sumamente dañosa (…) y puede ser la razón de situaciones muy angustiosas y trágicas para la persona y su entorno familiar”. También añade tanto «personas ancianas, enfermos cardíacos, personas con discapacidades cognitivas o neurológicas, Síndrome de Down, Trastornos Generalizados del Desarrollo, bebés y niños, pueden verse afectados de manera negativa por los estruendos que provocan los fuegos de artificio». Y menciona que también los animales sufren diversas consecuencias al verse expuestos a las detonaciones estruendosas, además de que los residuos de la pirotecnia, también genera daño ambiental.
La legisladora afirma que «si el placer y el disfrute de algunos representan un daño para otros, es ahí donde se encuentra el límite. Si por unos mínimos instantes de festejo tenemos tan graves consecuencias, creo que no cabe la discusión. En nuestro país hay una toma de conciencia cada vez más visible, sin embargo, hay gente que todavía considera el fuego de artificio como beneficioso y hasta divertido». Y por ello, resalta que el proyecto no plantea una «prohibición total”, sino “una solución respetuosa con todas las miradas y sobre todo empática con quienes no disfrutan de esta actividad».
Además, agrega que la manipulación de este tipo de artefactos «es sumamente peligrosa y puede provocar graves daños en la salud». «Estudios revelan que el 50% de las víctimas son niños de entre 10 a 15 años, y son los más afectados». La normativa propuesta pretende prohibir del uso de artificios pirotécnicos cuyos efectos audibles o sonoros sean superiores a 84 decibeles. La limitación en decibeles se funda en un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud que «considera que 85 decibelios (dB) durante un máximo de 8 horas es el nivel máximo de exposición sin riesgos».
La iniciativa de la diputada Herrera tiene antecedentes en otras jurisdicciones del país, y también en las normativas dictadas por los Concejos Deliberantes de la Capital, Fray Mamerto Esquiú y Valle Viejo. Por lo que, en caso de aprobarse, unificaría el criterio a nivel provincial para la utilización, venta y distribución de artefactos de pirotecnia.
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