La Avenida Libertad, un lugar que debería ser sinónimo de tranquilidad y esparcimiento, se ha convertido, especialmente en la zona de la Plazoleta Juancito Veliz, en el epicentro de un problema recurrente que pone a prueba la paciencia de los vecinos. Cada fin de semana, la misma escena se repite, generando un clima de exasperación e impotencia.
Las quejas son siempre las mismas, y cada vez más urgentes. Esta madrugada alrededor de las 2:00 de la madrugada un grupo de adolescentes consumiendo bebidas alcohólicas y haciendo mal uso de las instalaciones públicas. La plazoleta, pensada para el disfrute de la familia, es tomada por un grupo de adolescentes. La noche se llena de ruidos molestos, gritos y música a todo volumen, perturbando el descanso de quienes viven en los alrededores.
El problema va más allá de la contaminación sonora. Estos jóvenes, que al parecer consumen bebidas alcohólicas, no solo hacen un uso indebido de los juegos infantiles, sino que también dejan un rastro de basura, botellas y latas vacías, transformando un espacio público en un basurero a cielo abierto. Pero el colmo de la falta de respeto, y lo que más indigna a los vecinos, es que las fachadas de las casas se han convertido en un improvisado baño público, como se reporta en las inmediaciones de la Avenida Libertad.
Esta situación, que se repite con una frecuencia alarmante, ha hecho que los vecinos se pregunten qué medidas se pueden tomar para recuperar la tranquilidad y el orden. La intolerancia crece y la sensación de abandono es cada vez mayor.
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