
Para los habitantes y viajeros que necesitan transitar la Ruta Provincial 48, que conecta Andalgalá con la pintoresca localidad de Aconquija, cada viaje se ha convertido en una verdadera odisea. Los escasos 50 kilómetros que separan ambas localidades se transforman, para muchos, en un trayecto de más de dos horas, una clara muestra del deterioro de esta vía fundamental.
«Cada vez que tenemos que ir a Aconquija es un sufrimiento», comenta un vecino de Andalgalá, reflejando el sentir generalizado. La ruta presenta un estado lamentable, con baches de gran magnitud, tramos completamente descalzados y la ausencia de mantenimiento que la convierte en una trampa para vehículos y conductores. Las historias de neumáticos reventados, suspensiones dañadas y, lo que es más preocupante, situaciones de riesgo por la dificultad de tránsito, se repiten constantemente.
Esta situación no es nueva. Vecinos, docentes, productores y turistas han manifestado su preocupación en innumerables ocasiones, elevando reclamos a las autoridades provinciales y municipales. Sin embargo, la respuesta ha sido, hasta el momento, el silencio y la inacción. «Es una historia de nunca acabar», lamenta una docente que a diario debe trasladarse a Aconquija, cuya actividad se ve directamente afectada por la dificultad de acceso a la zona.
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